“Nuestra misión es inspirar a gente y empresas a tomar acciones más respetuosas con el medio ambiente”, Stine Cristina Mynster, Dircom de Sprout
Stine Cristina Mynster, es responsable de comunicación (Dircom) de Sprout
¿Cuándo y cómo nació la idea de negocio de Sprout?
En 2012 un grupo de estudiantes de MIT (Massachussets Intitute of Technology) tenía que crear un artículo de oficina sostenible, e inventaron el lápiz Sprout. Lo pusieron en el site de crowdfunding Kickstarter.com y aquí lo encontró Michael Stausholm, el fundador de la empresa Sprout. Es danés, y la oficina principal está en Copenhague. Hoy el lápiz Sprout está patentado en todo el mundo, y Michael tiene todos los derechos y patentes en la empresa.
La idea del lápiz es que lo plantas cuando sea demasiado corto para escribir o colorear. Así le das una segunda vida en vez de tirarlo. Lo plantas y se convierte en hierbas, flores o vegetales. De esta forma, el lápiz Sprout es un símbolo de reciclaje y sostenibilidad.
Sprout vende los lápices en más de 70 países. 85 % de las ventas va a empresas u organizaciones que personalizan los lápices con logo y mensaje y los usan como “Green giveaways”. Los consumidores los pueden comprar en Amazon.
La misión de Sprout es inspirar a gente y empresas a tomar acciones más respetuosas con el medio ambiente. Si puedes plantar un lápiz, ¿qué más puedes hacer?
Enfocamos en desarrollar más productos ecológicos con el mismo toque innovador que el lápiz
¿Sprout es una empresa responsable? ¿Puede decir de qué manera?
Sí, Sprout es responsable tanto con el producto, la producción y en todos los procesos:
En cuanto al producto, el lápiz Sprout es 100% natural y biodegradable. La madera es sostenible (FSC certified), el núcleo es grafito y barro y la cápsula es de celulosa de planta y se disuelve en la tierra. Las semillas son de alta calidad y non GMO.
Producimos en Polonia para Europa y en EE.UU. para el mercado Norteamericano para así ahorrar CO2 en los envios de los pedidos. Todos los procesos de la producción están controlados por nosotros.
Hemos vendido más de 10 millones de lápices, es decir 10 millones de posibles plantas nuevas. Es una buena alternativa a los más de 135 bolígrafos de plástico que se producen cada día en el mundo.
¿Cómo se comercializan los productos de Sprout?
Es un producto y una misión que se basa mucho en la boca a boca y en la difusión de nuestra historia por los medios de comunicación y los medios sociales. No hemos gastado mucho dinero en publicidad tradicional ya que nuestra historia en sí es peculiar y atrae mucho interés. Vendemos a más de 70 países.
¿Cuáles han sido los hitos en su trayectoria empresarial hasta hoy?
Sprout se fundó en 2013, y desde el primer día hubo mucho interés. La oficina principal está en Copenhague, Dinamarca, y también tenemos oficinas en Boston, USA y Málaga, España.
También hemos desarrollado un lápiz de maquillaje que también se puede plantar. Lo vende a firmas de cosmética y el primer pedido se lanzará en Alemania en febrero 2019.
Si puedes plantar un lápiz, ¿qué más puedes hacer?
¿Qué papel juegan los clientes en la filosofía empresarial de Sprout?
Los clientes son muy importantes, por supuesto. Intentamos escuchar las demandas y las necesidades que tienen las empresas. Sabemos que muchas veces no saben cómo comunicar las buenas iniciativas que hacen en cuanto al medio ambiente y les ayudamos con eso. El lápiz Sprout es ideal para mostrarlo de una manera divertida e innovadora. Los consumidores buscan regalos originales y ecológicos a la vez, algo que no sea de plástico, algo diferente, y se lo ofrecemos.
¿Qué objetivos se plantean para crecer en los próximos años?
Enfocamos en desarrollar más productos ecológicos con el mismo toque innovador que el lápiz. Y todavía hay muchos mercados por descubrir; tenemos las expectativas altas respecto a EE. UU y a España también. En España queremos crecer con un 50 % en 2019.
Stine Cristina Mynster, es responsable de comunicación (Dircom) de Sprout
Descárgate gratis la entrevista en PDF aquí
Este artículo ha sido leído por 123 visitantes únicos